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El Quindiano

Soñar con la lotería


Oriana Giraldo - elquindiano.com

La semana pasada estaba con mi papá tomándome un café y me propuso que compráramos un billete de lotería. Era la primera vez en mi vida que la compraba, entonces, alcancé a planificar todo lo que haría cuando fuera a recoger el premio; pensé en la necesidad de invertir, porque siempre he escuchado que las personas que se ganan la lotería la malgastan y al cabo del poco tiempo se quedan sin nada; y luego me iba a dar el gusto de un viaje por el mundo.

La ilusión duró 10 horas porque esa misma noche publicaron los resultados. Pensé que, por lo menos, aplicaría la surte de principiante y que me iba a ganar uno de los secos, pero no le di ni a un sólo número. La lotería que compré se llama Extra de Colombia, que está compuesta por una cifra de cuatro dígitos y una serie de tres, es decir que tenía una sobre 9.999.999 posibilidades de ganármela. Que ahora viéndolo con cabeza fría, no había riesgo de ganármela y fueron 12 mil pesos muy mal invertidos, sin embargo, esas 10 horas de ilusión fueron interesantes y me di cuenta con quién estaba dispuesta a compartir la lotería y qué tan estratega sería, aunque si la vuelvo a comprar, la compraría más temprano para tener unas horitas más de ilusión.

Es difícil saber a ciencia cierta cuántos ganadores anuales o históricos hay en Colombia de loterías, porque hay aproximadamente 21 de ellas y cada una emplea diferentes metodologías de investigación de mercado y no todas comparten las cifras respecto a sus compradores y ganadores, lo que hace difícil generar una investigación al respecto. No obstante, en términos generales, y basándonos en un análisis que realizó el Periódico El País, Colombia es un país de apostadores, pues el negocio de los juegos de suerte y azar mueve anualmente $3,9 billones, en el cual participa más del 60% de la población. Por otro lado, una investigación realizada por el Centro Nacional de Consultoría arrojó que los colombianos invertimos más en los juegos de azar que en leche y que el gasto per cápita en juegos de azar es de $95.121. Si lo analizamos un poco, esto corresponde a más de una séptima parte del salario mínimo, empero, no se puede concluir que es la población en situación de pobreza quien la compra, pues lo que se ha dicho es que no existe diferencia económica y social. Los apostadores, desde el que tiene unos cuantos pesos hasta el que los tiene todos, definen la lotería como el paso afortunado que les permite aumentar su riqueza o lograr, por fin, contar con recursos económicos.

Somos muy soñadores los colombianos al pensar que invirtiendo en la lotería más que en la educación vamos a lograr grandes cosas y es un reflejo de nuestra cultura cortoplacista con la que quiere conseguir mucho haciendo muy poco. Por mi parte, seguiré comprando la lotería una vez al año, intentando desalinear la media nacional en cuanto a juegos de suerte y azar e intentaré ahorrar más para no tener que comprar la lotería para darme la oportunidad de soñar.

Artículo tomado de elquindiano.com

Oriana Giraldo

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