La Banca de las Oportunidades midió el bienestar financiero de los colombianos. Quienes tienen hijos y asumen los mayores gastos del hogar tendrían menores niveles de bienestar financiero. Las personas más jóvenes (18-24 años), los hombres y aquellos que efectúan transacciones en línea tienen un mayor bienestar financiero que las que no hacen estas operaciones. El 41 % de colombianos solo tiene ingresos para sobrevivir. Quienes realizan transacciones en línea alcanzan mayores niveles de bienestar financiero.
Un grupo de economistas de Banca de las Oportunidades hizo una estimación del bienestar financiero como objetivo final de la inclusión, reflejado en el nivel de satisfacción de las personas respecto a sus obligaciones económicas y su capacidad para tomar decisiones financieras, donde entre otro datos, indica que cuatro de cada diez colombianos, solo recibe ingresos que cubren los gastos necesarios para sobrevivir y más de la mitad están retrasados en sus obligaciones financieras.
En el estudio Transacciones en línea y bienestar financiero en Colombia, Freddy Castro, Daniela Londoño y Federico Medina, se analizaron las respuestas de 3.721 adultos sobre 10 afirmaciones asociadas a su situación financiera mediante la Encuesta de Apropiación Digital, del Centro Nacional de Consultoría, que se realizó al finalizar el año anterior.
El objetivo no es solo que el acceso y uso a servicios financieros siga creciendo, también es que esto incremente el bienestar de las personas. El análisis de aspectos generales de la vida diaria de los colombianos revela que aún no tenemos una buena salud financiera.
El índice de bienestar financiero de los colombianos alcanzó un nivel medio, 49,8 en una escala en la que 14 es el nivel más bajo y 95 el más alto; según la metodología diseñada por la Oficina de Protección Financiera del Consumidor de Estados Unidos y que fue replicada para esta medición.
El indicador se construyó indagando sobre asuntos cotidianos, de donde se desprende que 22,5% de los encuestados no podría hacer frente a un gasto imprevisto importante y 41% cuenta con ingresos que solo le sirven para cubrir gastos de supervivencia. Asimismo, 41,2% dice estar preocupado o muy preocupado porque el dinero que tiene o que ahorre no le dure.
De los encuestados, 40,3% dijo que dar un regalo para una ocasión especial, como un cumpleaños o un matrimonio, representa una enorme carga para sus gastos mensuales. Mientras que 54,8% afirmó que está atrasado en algunos pagos comprometidos.
¿Qué determina el bienestar financiero?
Se destaca que las personas entre 18 y 24 años y los hombres alcanzan mayores niveles de bienestar financiero. En cuanto a la escolaridad, el índice de bienestar aumenta para quienes tienen más grados completados. Sin embargo, el efecto con respecto a las personas sin ningún nivel de escolaridad solo es significativo para aquellas que han finalizado estudios técnicos, tecnólogos, universitarios o superiores. Asimismo, la diferencia en el bienestar financiero estimado frente a personas con vivienda estrato uno es creciente con el estrato, siendo significativo a partir del tres.
La composición del hogar también tiene incidencia sobre esta dimensión de la inclusión financiera. Ser quien principalmente asume los gastos del hogar, así como tener algún hijo o persona a cargo, representa un efecto negativo en el bienestar financiero. Resultado que estaría asociado con una mayor carga financiera. Adicionalmente, el estado civil, medido por la variable que indica si la persona es soltera, no tiene un efecto relevante.
En esta especificación, el área geográfica (rural o urbana) no tiene influencia sobre el bienestar. Frente a las regiones, solo la zona Centro presenta un efecto significativo, reflejando que las personas que viven allí tienen un diferencial positivo en su nivel promedio de bienestar financiero en comparación con las demás.
Las características asociadas a la situación laboral explican cambios en el bienestar financiero. No tener un empleo tiene un efecto negativo cercano a 1,0 punto en este indicador, mientras que estar empleado formalmente aumenta, en promedio, 1,6 puntos el índice de bienestar financiero. Otros factores como recibir subsidios o pertenecer a una minoría étnica no resultan significativos.
La educación financiera es esencial para que las personas tomen mejores decisiones económicas y, por ende, para que la sociedad alcance mayores niveles de bienestar financiero.
Herramientas digitales
En momentos de un creciente acceso a servicios financieros, un importante hallazgo del estudio, fue encontrar que quienes realizan transacciones en línea alcanzan mayores niveles de bienestar financiero en comparación a los que no. Los primeros tienen un índice de bienestar superior en 9,8%.
Igualmente, el informe mostró que 88,4% de los encuestados prefería el efectivo antes de la pandemia. Este resultado está relacionado con el uso de efectivo como principal instrumento de pago para elaborar los gastos habituales del hogar (alimentos, bebidas, vestuario, transporte, vivienda y servicios públicos).
Con las cuarentenas y el distanciamiento social se observó un cambio en las preferencias a favor de una mayor adopción de medios digitales, con una reducción de cerca de 10 puntos porcentuales en la proporción de adultos que preferían el efectivo (79,4%).
Los instrumentos de pago que pasaron a ser más empleados fueron las tarjetas débito y crédito, transferencias por teléfono, botón PSE o a cuentas de empresas o de otras personas. Se encontró que 38,3% afirmó tener cuenta de ahorros, 12,4% tarjeta de crédito, 6% cuenta corriente, 5,9% algún crédito y 1,9% indicó la tenencia de productos de inversión como los CDT.
Asimismo, 22,7% de los que respondieron la encuesta indicaron que habían utilizado internet o banca móvil para consultas o transacciones de su cuenta de ahorros, siendo este el producto que más se empleaba para realizar este tipo de operaciones. De otra parte, se observa que a pesar de que una alta proporción de adultos utilizaba servicios de telefonía celular o internet (79,9% y 71,2%), solo 55,2% empleaba ambos. El 4,1% de los encuestados no contaban con acceso a estas tecnologías en su hogar.
Estos hallazgos son insumo para seguir encaminando esfuerzos hacia la transformación digital en pro del bienestar de los consumidores financieros. Los siguientes pasos deben ser promover el acceso al crédito y a los seguros.
El estudio
En el texto se puede encontrar que es un hecho que la adopción de medios digitales de pago a nivel global y el acceso a productos financieros se aceleró a partir de la coyuntura de la pandemia del covid-19. En efecto, en 2020 se registraron alrededor de 1.200 millones de nuevas cuentas de dinero móvil y las cuentas activas tuvieron un incremento anual de 17%.
En línea con varios hallazgos previos, los resultados serían fuente de mejoras sociales a futuro. Estas estarían asociadas a una mayor inclusión financiera, participación económica y empoderamiento de comunidades, así como aumentos en la competencia y reducciones de costos de transacción.
En Colombia la digitalización de las transacciones y el acceso a servicios financieros, principalmente a productos de depósito, tuvieron una dinámica favorable entre 2019 y 2020. El número de transacciones por canales digitales aumentó 141,6% y, entre ellas, aquellas realizadas vía internet aumentaron 30,7% y por telefonía móvil 171,8%.
Asimismo, el número de adultos con productos financieros activos se incrementó en 2,9 millones de personas, de acuerdo con cifras de la Banca de las Oportunidades y la Superintendencia Financiera de Colombia. Ante estos resultados, conviene evaluar la inclusión financiera más allá de las dimensiones de acceso y uso a servicios financieros.
Por ello se analizará un elemento poco abordado en la literatura: el rol de las transacciones en línea y algunos determinantes del bienestar financiero. Esto en un país con bajos niveles de profundización financiera (la cartera representa el 51% del PIB) y en el que solo el 32% de los adultos accede a un crédito. Se define bienestar financiero como un estado en el que las personas satisfacen sus obligaciones financieras plenamente, se sienten seguras de su futuro financiero y son capaces de tomar decisiones que les permiten disfrutar su vida.
Artículo tomado de diariodelhuila.com
Por: Rolando Monje Gómez
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