Sin duda alguna el 2019 será recordado en la historia de Colombia como el año en que la indignación y el inconformismo se hizo presente en las calles para pedir un cambio de rumbo voces de todos los colores, sin distingo de credo político, económico, social, cultural y sexual sorprendieron a la vieja clase política y movieron el establecimiento para decir presentes.
Junto a ese coro de voces apareció el instrumento que subió y mantuvo el tono de la protesta: la cacerola.
Calles llenas de indignación reprimida por muchos años y que hoy gracias a entre otras cosas la desaparición de las Farc como elemento de estigmatización, vuelca el inconformismo de una nueva generación que perdió el miedo y se atrevió a gritar.
Las manos que exhiben la cacerola y que se movilizan en las calles son otras, los corporativizados sindicatos dieron paso a una nueva generación sin líderes visibles, pero convertidos en héroes populares de las calles. Es la revolución digital, a invasión de las redes sociales.
La cacerola es un instrumento de protesta que camina por el mundo desde 1830, apareció en manos de los opositores a Luis Felipe Primero de Francia. Se hizo popular desde 1832. En nuestro continente en las últimas décadas han sonado cacerolas en Chile, Argentina, Venezuela y Colombia.
El ranking de los personajes del año fue:
La cacerola y el paro nacional 31 % Iván Duque 17 % Egan Bernal 13 % Claudia López 7 % La selección colombiana de fútbol femenino 5 %
Ficha Técnica
Artículo tomado de www.canal1.com.co
Por: William Parra
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